Tu glande golpeando muy dulcemente el fondo blando de mi cuerpo. En los aseos del instituto. Durante la clase de historia. Tenemos diecisiete años y queda poco tiempo para que la vida se convierta en una pesadilla de la que no escaparemos hasta la muerte. Provocada por nosotros mismos. Desde el puente del tren a la entrada del pueblo. Tendremos veintiseis años y nada de nuestras existencias habrá merecido la pena salvo estos instantes íntimos en los aseos del instituto.
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