Se ha hablado tanto de la igualdad de los géneros que se ha olvidado que la diferencia es imprescindible. Igualdad en derechos, oportunidades, responsibilidades, consideración... sí. Pretender pasar por el mismo troquel a dos visiones del mundo, dos experiencias diferentes de la vida hasta obtener materias indistinguibles —incluso indefinidas— no.
Apuntemos una diferencia: El poder que otorga experimentar una erección. Hasta el hombrecillo más insignificante de la tierra se transmuta en el omnipotente soberano de todos los seres cuando está tocado por el volcán de su miembro enardecido. No existe réplica posible a sentir el vigor que mana del interior del propio cuerpo y empuñar el epicentro de toda la energía universal. Tal vez sea sólo un proceso bioquímico, pero sus consecuencias han marcado la historia.
Mañana trataremos sobre la magia de la inmaterialidad de la vagina.
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